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Inevitable aterrizaje del crecimiento

Enrique Marshall Director Magíster en Banca y Mercados Financieros PUCV, Exvicepresidente del Banco Central

Por: Enrique Marshall | Publicado: Miércoles 9 de marzo de 2022 a las 04:00 hrs.
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Enrique Marshall

La economía chilena ha mostrado buenas cifras de crecimiento en el último tiempo. El Imacec, indicador muy usado para el seguimiento de la economía en el corto plazo, mostró en enero pasado una expansión en doce meses del 9%. Pero, ¿podemos estar tranquilos? Pienso que no.

Es siempre bueno mirar las cosas usando varios indicadores. Es lo que hacen los médicos cuando quieren elaborar un diagnóstico de salud: recurren a una batería de exámenes. Con frecuencia, la clave está en el conjunto, más que en uno solo parámetro.

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En economía ocurre algo parecido. Se deben mirar distintos registros antes de formarse un juicio. Esa es la práctica de los centrales, cuando observan no solo la inflación total de los bancos, sino también la subyacente y varios otros indicadores próximos o complementarios.

Con los datos disponibles, podemos decir hoy que la economía nacional se recuperó completamente de la crisis inducida por la pandemia, superando sus niveles anteriores e incluso sus niveles de tendencia de mediano plazo. Todo esto es muy positivo, pero es pasado, de manera que sirve poco para describir lo que está ocurriendo en tiempo real, y mucho menos para proyectar el futuro.

Sin restar méritos a la recuperación, la verdad es que la economía está observando una desaceleración bastante pronunciada desde hace varios meses. En efecto, las cifras de variación en 12 meses han caído desde el 21% en junio del 2021 hasta el 9% en enero pasado. Vaya acentuada desaceleración.

Si consideramos la velocidad con que está avanzando la economía en lo más reciente, usando las tasas de variación trimestre a trimestre o mes a mes, el cuadro cambia radicalmente. La variación entre el trimestre finalizado en enero último y el terminado en octubre pasado revela un crecimiento inferior al 1%, ajustando por estacionalidad. Las variaciones mes a mes son aún más decidoras, al mostrar registros negativos, efectuados los ajustes por estacionalidad, tanto en diciembre como en enero pasados.

Mirando adelante, el pronóstico resulta, además de incierto, poco auspicioso. Por un lado, los factores que ayudarán en 2021 tendrán menos fuerza o simplemente dejarán de actuar este año. Entre ellos están los retiros de los fondos de pensiones las ayudas directas a las familias y la expansividad de la política monetaria. Por otro lado, la productividad de la economía no ha experimentado cambios relevantes, de manera que, tarde o temprano, convergeremos al crecimiento de tendencia, que se ubica en torno del 2% o algo por sobre esa cifra, lo que no es mucho decir .

Con todo, hay dos factores que pueden ayudar a suavizar la convergencia o iniciar una nueva realidad. Uno es el buen precio del cobre; y el otro, la alta liquidez que aún permanece en poder de las personas. Pero que habrá aterrizaje, lo habrá.

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